Los hijos en edades tempranas especialmente entre la infancia y la adolescencia suelen ser muy susceptibles a los cambios en su entorno social, en el comportamiento de otros hacia ellos, el trato que reciben, influencias de grupos sociales y en la calidad y cantidad de amigos que hacen o que les cuesta trabajo hacer, todo eso recae en su confianza y repercute en su autoestima, lo que los hace inevitablemente más vulnerables ante malos tratos por parte de compañeros prepotentes o malintencionados.
Es por eso que si descubres que tu hijo es victima de bullying no será de sus propias bocas sino por terceros ya que se sienten tan intimidados y desvalidos que no confían ni siquiera en sus padres, por lo que debes estar siempre al pendiente de tus hijos, sobre todo si su comportamiento cambia y su ánimo decae.
Pero una vez que se descubre el problema, ¿cómo se puede acercar a ellos? Lo más importante en este caso es tener mucho amor, apoyo y paciencia.
- Visualiza las indicaciones no verbales de tu hijo, como ya lo mencionamos, es muy probable que tu hijo no hable abiertamente contigo pero no por eso vas a ignorar su silencio sino todo lo contrario, si está decaído, triste, desmotivado, se enferma constantemente o busca cualquier excusa para no ir a la escuela, algo grave está sucediendo.
- Genera un ambiente de confianza en donde tu hijo pueda hablar tranquilamente de sus problemas, hazle saber que no te burlarás y tomarás con mucha seriedad cualquier cosa que te cuente, así tu hijo diga que «no tiene importancia» puedes hablarle de tus tiempos difíciles en la escuela y de como lo superaste para así abrir un canal de seguridad.
- Confronta a tu hijo, es necesario hacerle frente al problema en vez de evadirlo aunque este no diga nada al respecto o de que no es nada significativo, pídele respuestas directas y honestas. Si bien al principio le costará debes hacerle entender que su bienestar está primero que sus interacciones en especial porque las que tienen son muy tóxicas para el.
- Deja que se desahogue por completo, antes de exigir respuestas si tu hijo comienza a hablar deja que cuente todo su relato porque hasta el detalle más simple importa, deja que llore, grite o se sienta mal, pero una vez que se calme tienes que recalcar la importancia de hacer algo al respecto y no volver a decaer de esa manera.
- Investiga lo que sucede en la escuela, habla de la situación con los profesores para buscar alternativas efectivas, incluyendo un castigo para el hostigador o bully y en caso de que se agrave el problema hablar directa y abiertamente de soluciones legales.
- No propicies la violencia, si tu hijo dice que desea buscar venganza no lo alientes, pues eso solo creará un circulo vicioso que nunca se detendrá hasta que llegue a consecuencias realmente graves o causará que eventualmente, por protegerse, tu hijo se vuelva un bully.
- Busca ayuda profesional si tu hijo no muestra alguna mejoría tras realizar las acciones correspondientes, si ves que se siente muy aislado, perturbado, preocupado o ansioso por relacionarse con sus pares o entablar una conversación, entonces debes buscar ayuda de un terapeuta profesional para restaurar su confianza.
- Inscribir a tu hijo en otras actividades fuera del entorno escolar puede ayudar significativamente a que disminuya su ansiedad de ir a la escuela y así puede descubrir talentos ocultos o desarrollar unos nuevos.
Rafa Núñez explica que actuar asertivamente y a tiempo puede evitar que tu hijo quede gravemente marcado con el acoso escolar, no hay que callarnos ante este problema, sino todo lo contrario, denunciarlo, castigarlo y hacer todo o posible por erradicarlo de la vida de nuestros jóvenes.