La tartamudez es una alteración en la fluidez al momento de hablar y que se vuelve una situación de bullying escolar.
El bullying escolar se caracteriza por el incontrolable acorralamiento hacia un niño o joven, debido a la presencia de una característica que lo diferencia de los demás, ya sea de manera física o intelectual; el acoso puede ser a través de golpes, chismes, habladurías o de manera psicológica. Esto conlleva a cargas emocionales muy intensas que producen una serie de consecuencias muy graves para quien lo padece, llevando al niño a aislarse, a no querer asistir a la escuela, tener temores y perder su autoestima.
La tartamudez es una alteración de la fluidez verbal que se caracteriza por la interrupción de manera brusca del ritmo del habla acompañado de bloqueos y repeticiones, esto se transforma en un grave problema de comunicación que afecta la vida social y escolar de la víctima del bullying. Esta condición por sí misma, produce una gran impotencia ya que el niño necesita mayor tiempo para expresarse correctamente lo que hace que los compañeros de clases e inclusive, algunos maestros, suelan reírse de él/ella y hacerle algunas bromas y ponerle apodos.
Los niños que sufren de tartamudez saben lo que quieren decir, pero a la hora de hablar tiene dificultad para expresarse, pueden repetir palabras, sílabas, vocales o consonantes, también pueden hacer algunas pausas mientras hablan, cuando van a pronunciar una palabra o frase difícil de pronunciar. A demás del bloqueo, el niño puede desarrollar algunas muletillas o tics que les permiten evitar un poco la tartamudez.
Según muchos investigadores, la tartamudez se puede producir por un problema genético, ya que tiende a ser hereditario; la mayoría de los niños con esta condición tienen algún familiar que tiene o tuvo este problema. Puede deberse también a algunas anomalías en el control motor del habla como la coordinación temporal, motora y sensorial; también otras causas como una lesión cerebral muy traumática y/o sufrimientos emocionales, pueden hacer aparecer esta condición.
Los primeros signos aparecen alrededor de 2 años, es en esta edad donde los niños empiezan a decir un mayor número de palabras y a formar frases; la tartamudez se vuelve más frecuente a medida que el niño va creciendo. Esto influye negativamente a la hora de hablar y además causa ansiedad, miedo y retraimiento.
Cómo ayudar a los niños con tartamudez
1.- No interrumpir al niño ni pedirle que vuelva a empezar.
2.- Cuando vamos a hablar con un pequeño con esta condición, debemos hacerlo de manera lenta y clara, además esto sirve de modelo para crear una atmósfera de tranquilidad y le ayuda a tener una mejor fluidez al hablar.
3.- Dejar que el niño termine de hablar y expresarse a su tiempo, no apresure el momento, luego que termine, espere unos minutos y después comenzar a hablar y responder cualquier pregunta que haga.
4.- Evitar pedir que hable correctamente todo el tiempo, respetar su tiempo y su condición.
5.- En casa, los padres pueden aprovechar los momentos familiares para conversar con el niño de cualquier tema, darle toda la atención posible y crear un ambiente cómodo para él.
6.- Al hablar con un niño tartamudo, hay que mirarlo directamente a los ojos y no mostrar ningún tipo de impaciencia.
7.- Ayudar al niño a controlar su ansiedad y a recuperar su autoestima a la hora de trabajar.
8.- Enseñarle la respiración diafragmática, que es una práctica relajante, lo que asegura que se respire más lentamente, profunda y uniforme.
9.- Evitar burlas, castigos y críticas.
10.- No intentar ayudarlo a que complete la palabra que quiere transmitir.
Los maestros y profesores deben tener una continua formación docente para que puedan hacerle frente a casos de estudiantes con este trastorno en el salón de clase. Las escuelas tienen que promover charlas, conversatorios tanto para los alumnos, padres y maestros en donde se aborden el problema de la tartamudez y buscar alternativas para ayudarlos.