Rafael Nuñez Aponte-Se duplicaron los casos de bullying

En una nueva Encuesta sobre bullying o acoso escolar en colegios primarios y secundarios, públicos y privados de la República Argentina, desarrollado por la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, quedó acreditado que con la vuelta de la presencialidad a las escuelas, los niveles de bullying o acoso escolar se dispararon en el país, pasando de 6.200 casos entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019 a 12.300 casos entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021.

«Hace unas horas los argentinos nos conmovimos con la carta de una nena de 12 años que padece bullying en el séptimo grado del colegio Manuel Belgrano de Carlos Paz, Córdoba, que le hacía una carta a la madre, donde le decía entre otras cosas: «Mamá, te estoy haciendo una carta porque están pasando cosas horribles. No paro de temblar y no puedo respirar bien». La mamá confió a Bullying Sin Fronteras que a la nena le dejan mensajes intimidantes en las paredes de los baños de la escuela e incluso en el aula. Se burlan de ella cuando presenta un trabajo en clase e incluso le aplican la ‘ley del hielo’, es decir la dejan afuera de actividades escolares y extraescolares; llegando a prohibirle ir a un campamento que organizó todo el grupo por los chicos que ejercen bullying sobre la víctima», dijo Javier Miglino, Director de Bullying Sin Fronteras.

Las zonas calientes; Rosario, el Conurbano y la Capital Federal:

«Más del cincuenta de todos los casos de la Argentina se concentran en la ciudad de Rosario, el Conurbano bonaerense y la Capital Federal. La mayoría de los casos de bullying o acoso escolar se dan desde sexto grado a quinto año del secundario. Los tres mayores motivos para sufrir bullying es ser bella, inteligente y sofisticada (cheta), en el caso de las chicas. Ser malo en los deportes, poco inteligente y sofisticado, en el caso de los chicos. Obviamente que la percerción de los acosadores sea la apuntada, no significa que así sea en la vida real porque hay chicos que son súmamente inteligentes e incluso alumnos brillantes y sin embargo son tildados de bobos o tontos», dijo Miglino.

Los padres y docentes deben dar una mano:

«Es esencial que los padres y los docentes de los niveles primario y secundario se involucren cuando están ante una situación de bullying o acoso escolar. Una de las definiciones que convirtieron a Bullying Sin Fronteras en ong de consulta internacional es jústamente que el acoso escolar es un problema de chicos que deben resolver los grandes. Hasta hace pocos años se cargaban responsabilidades sobre los chicos que de ese modo debían soportar el martirio cotidiano del acoso y el abuso y encima debían resolverlo ellos mismos, lo que tornaba las cosas mucho peores», dijo Miglino.

El peligro del ciberbullying:

«Desde Bullying Sin Fronteras animamos a los padres a que enfrenten a sus hijos y les ayuden a entender que las redes sociales son un grave problema, más que una solución. Cada año se suicidan en América Latina y España más de 200 chicos solo por haber sido acosados en Twitter, Facebook e Instagram. Incluso Facebook en la actualidad ha dejado caer su careta, mostrando que solo es un red social propicia para el odio. Tanto para causarlo como para sufrirlo. Por eso incluso, es bueno que los docentes en el aula pierdan una hora de matemática, lengua o historia y hablen sobre los peligros del bullying y el ciberbullying, en lugar de dictar la materia. De ese modo evitaremos que la próxima estadística tenga aún resultados peores», concluyó Miglino. 

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