¿Qué es el síndrome de colon irritable?

El Síndrome de Colon Irritable o, actualmente llamado Síndrome del Intestino Irritable (SII), se enmarca dentro de los Trastornos Funcionales Digestivos (TFD), aunque en ocasiones se suele relacionar también con los llamados trastornos psicosomáticos.

El Síndrome de Colon Irritable se caracteriza por la presencia recurrente y crónica de dolor abdominal, variaciones en cuanto a la frecuencia, forma y consistencia de las heces, distensión abdominal y flatulencias. Sin embargo, la sintomatología tiende a ser menos incidente con el paso del tiempo.

Este comúnmente aparece en la adolescencia tardía o en la adultez temprana y se mantiene crónicamente; no obstante, las posibilidades de padecimiento se incrementan cuando el individuo se encuentra entre los 30 y los 50 años.

¿Síndrome o enfermedad?

Cabe destacar que está clasificado como síndrome y no como enfermedad pues, según la Clasificación Internacional de Enfermedades en su undécima edición (CIE-11), este no se debe a una patología orgánica específica, infecciones o alteraciones bioquímicas del intestino o tubo digestivo.

Adicionalmente, a parte de lo mencionado por la CIE-11, diversos estudios han considerado al colon irritable como un síndrome independiente de una entidad médica o general.

Anteriormente era conocido por «colon irritable», no obstante, tras varias investigaciones se ha concluido que no solo afecta a este, sino que también engloba al intestino delgado y otros componentes del tracto digestivo, por lo que actualmente se le conoce como Síndrome del Intestino Irritable (SII).

¿Cuál es la sintomatología del síndrome de colon irritable?

Los Criterios de Roma IV establecen que la sintomatología propia del Síndrome de Colon Irritable debe haber estado presente -sin haber aparecido necesariamente de forma consecutiva- durante mínimo tres meses, habiendo aparecido al menos en los seis meses previos al diagnóstico.

Los síntomas que caracterizan al Síndrome de Colon Irritable son:

  1. Dolor abdominal recurrente y crónico presente durante mínimo un día a la semana durante al menos tres meses.
  2. Distensión abdominal.
  3. Curso intestinal disfuncional (ej. diarrea o estreñimiento).
  4. Cambio en la defecación en cuanto a su frecuencia, forma y consistencia.
  5. Flatulencias.
  6. Esfuerzo desmedido al intentar evacuar.
  7. Presencia de sustancias mucosas en las heces.

La sintomatología de este síndrome debe causar un malestar clínicamente significativo en las diferentes áreas de la vida del individuo, tanto en la personal, como en la social, laboral, familiar, etc.

¿Qué se sabe sobre su epidemiología?

El Síndrome de Colon Irritable influye de manera incidente en la población mundial entre un 9,2% y un 15%. Más concretamente, se destacan los siguientes datos:

  1. En los Estados Unidos de América el 28% de su población acude a consulta con SII.
  2. En los países occidentales está presente en el 15% y 20% de la población adolescente y adulta.
  3. El SII es entre el doble o el triple más frecuente en las mujeres.
  4. Entre el 25% y el 30% de los individuos con SII requieren atención médica.
  5. Se calcula que entre el 8% y el 15% de las consultas de atención primaria se deben a este síndrome.
  6. Se calcula que entre el 20% y 35% de las consultas de atención especializada se deben a este síndrome.
  7. Entre el 25% y el 50% de las consultas del área de gastroenterología se deben al SII.

¿A qué se debe el Síndrome de Colon Irritable?

La etiología del Síndrome de Colon Irritable no está aún dilucidada, pero se sabe que se encuentra enmarcada dentro de un enfoque biopsicosocial.

Factores de riesgo

Existen algunos factores de riesgo que pueden precipitar su aparición, los cuales son:

  1. Cambios vitales.
  2. Problemas y estrés laboral.
  3. Dificultades económicas.
  4. Dificultades interpersonales.
  5. Malos hábitos alimentarios.
  6. Ingesta de fármacos.
  7. Abuso de drogas.
  8. Alteraciones hormonales.
  9. Factores psicológicos.

Etiología del Síndrome de Intestino Irritable

Las investigaciones realizadas en este campo demuestran que los factores estresantes pueden desencadenar la sintomatología típica del síndrome; así como también algunos factores psicológicos (ej. Ansiedad generalizada, depresión, autoexigencia, baja autoestima, necesidad de aprobación social, rigidez, pánico, etc).

Por otra parte, otros estudios han confirmado que el SII parece estar relacionado con la disfunción y desregulación de los niveles de serotonina al cumplir esta una función gastrointestinal importante. Se encontró que los niveles se muestran aumentados en el SII con Diarrea y reducidos en el SII con Estreñimiento.

Adicionalmente, se ha comprobado que el consumo de algunos alimentos en específico puede causar los síntomas del SII al cursar la persona con una intolerancia alimentaria. Los sintomatología que pueden llegar a manifestar es la diarrea, exceso de gases o dolor abdominal.

A la dieta compuesta por estos alimentos se le ha denominado FODMAP, y está compuesta principalmente por carbohidratos (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles).

Por último, se ha concluido que los factores genéticos también podrían tener presencia como causa de la sintomatología del SII.

Las investigaciones muestran que cuando se ha estudiado a los familiares de los individuos que acuden a consulta por SII, se ha encontrado una correlación directa entre el padecimiento de Síndrome de Intestino Irritable por parte de la familia y el usuario.

¿Existen subtipos del Síndrome de Colon Irritable?

El Síndrome de Colon Irritable se divide en tres subtipos en función de la composición de las deposiciones. Es decir, se divide en:

Síndrome de Colon Irritable con predominio de Diarrea (SII-D)

  • Su prevalencia es de entre el 5,2% al 66%.
  • Las heces son acuosas o líquidas en más del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 6 y 7).
  • Las heces son duras en menos del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 1 y 2).

Síndrome de Colon Irritable con predominio de Estreñimiento (SII-E)

  • Su prevalencia es de entre el 0,8% al 33,9%.
  • Las heces son compactas y duras en más del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 1 y 2).
  • Las heces son acuosas o líquidas en menos del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 6 y 7).

Síndrome de Colon Irritable con predominio Mixto de Diarrea y Estreñimiento (SII-M)

  • Su prevalencia es de entre el 5,2% al 33,8%.
  • Las heces son compactas o duras en más del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 1 y 2).
  • Las heces son acuosas o líquidas en más del 25% de las deposiciones (Escala de Bristol Tipos 6 y 7).

Síndrome de Colon Irritable No Clasificado (SII-NC)

  • Diagnóstico específico para cuando se cumplen los criterios para el Síndrome de Colon Irritable, pero no se pueden enmarcar en un subtipo.
  • Clasificación exacta para cuando hay una alteración insuficiente en la consistencia de las deposiciones.

¿Cómo se evalúa el Síndrome de Colon Irritable?

Debido a la naturaleza multicausal y biopsicosocial del Síndrome de Colon Irritable, el diagnóstico debe realizarse de forma integral y diferencial.

¿Se puede solapar con otras alteraciones?

Se destaca la importancia de que el diagnóstico sea diferencial debido a que, en ocasiones, este síndrome se solapa con otras alteraciones funcionales digestivas, tanto no intestinales (ej. dispepsia funcional o pirosis funcional) como extradigestivas (ej. Fibromialgia o cistitis intersticial).

Además, en ocasiones se puede dificultar ya que…

  1. Hay una ausencia de especificadores biológicos, morfológicos e histológicos del SII.
  2. La sintomatología no es específica en su globalidad.
  3. La sintomatología del síndrome no se mantiene a niveles constantes (tan pronto hay mucho malestar por los síntomas como hay una época más calmada)

¿Qué se necesita para un buen diagnóstico?

Por lo tanto, para el diagnóstico será necesario basarse concretamente en los Criterios de Roma IV expuestos anteriormente, así como la realización de cuatro pasos:

  1. Establecimiento de la historia clínica del paciente.
  2. Elaboración de un examen físico.
  3. Realización e interpretación de pruebas de laboratorio.
  4. Ejecución de una colonoscopia o pruebas adicionales.

A parte de las causas exclusivamente biológicas o médicas, dentro de la historia clínica también deberá aparecer una evaluación del área psicológica de la persona (ej. Estresores sociales actuales, historia de abusos sexuales o violación en la infancia o reciente, diagnóstico de trastornos psiquiátricos, etc).

Es importante conocer qué factores estresantes o de riesgo están pudiendo influir en la aparición del trastorno; así como la manera de afrontar la sintomatología y el impacto que genera en las diferentes áreas de la persona el hecho de que este síndrome sea recurrente y crónico.

Finalmente, la decisión y selección con respecto al tratamiento dependerá de la realización de un diagnóstico correcto, así como de la especificación exacta del subtipo de Síndrome de Colon Irritable.

¿Cómo se interviene en el Síndrome de Colon Irritable?

La intervención debe ser realizada con el objetivo de aliviar y reducir las consecuencias negativas producidas por el Síndrome de Colon Irritable, sobre todo ante la presencia de diarrea/estreñimiento, distensión y dolor abdominal.

Para ello, el tratamiento del Síndrome de Colon Irritable se divide en:

  1. Tratamiento médico-farmacológico.
  2. Tratamiento físico.
  3. Tratamiento psicológico.
  4. Tratamiento nutricional.

Tratamiento médico-farmacológico

Los fármacos que más se han demostrado de utilidad para el tratamiento del SII son:

  1. Antiespasmódicos: se utilizan como fármacos de primera línea para tratar los espasmos y el dolor abdominal.
  2. Antibióticos: se utilizan con el objetivo de que tengan efecto en el sobrecrecimiento bacteriano; no obstante, su efecto se puede reducir a largo plazo.
  3. Antidepresivos: se utilizan cuando el tratamiento de primera línea -antiespasmódicos- y el cambio en los hábitos alimentarios es insuficiente.
  4. Laxantes: mayormente utilizados para el Síndrome de Colon Irritable con predisposición al Estreñimiento. No obstante, no se muestran eficaces con respecto al dolor y distensión abdominal.
  5. Fármacos reductores del tránsito intestinal: mayormente utilizados para el Síndrome de Colon Irritable con predisposición a la diarrea. Reciben el nombre de «antidiarréicos» y funcionan cortando la diarrea y minimizando el dolor abdominal.
  6. Probióticos: se utilizan cuando el individuo presenta una alteración en la microbiota intestinal y para reducir el dolor abdominal y las flatulencias excesivas.

Tratamiento físico

La vivencia de factores estresantes figura dentro de los factores de riesgo principales para el padecimiento de este síndrome.

Es por ello por lo que se ha concluido que la realización de ejercicio físico varias veces a la semana reduce dichos niveles de estrés y, por lo tanto, se consigue una mejora en la sintomatología.

Se destaca que uno de los ejercicios más eficaces es la bicicleta (ya sea estática o no) gracias al impacto que tiene en la distensión por gases.

Por otra parte, también se ha destacado la realización de yoga tras obtener resultados prometedores en cuanto a la reducción de la sintomatología típica del SII y por el aumento del tono simpático.

Tratamiento psicológico

Robert Whytt descubrió la conexión entre el Sistema Nervioso Central y el intestino. Desde este momento, se han realizado numerosas investigaciones sobre el impacto de diversos estados o trastornos mentales (ej. Ansiedad y depresión) en el curso intestinal.

De hecho, Hellström (2019) concluye que las alteraciones producidas en el eje cerebro-intestino son secundarias a una disfunción psicológica, provocando efectos negativos en la motilidad, hipersensibilidad intestinal y microbiota intestinal que pueden ser permanentes y convertirse en trastornos gastrointestinales.

Por este motivo -entre otros-, los síntomas del SII pueden provocar en la persona:

  1. Baja autoestima.
  2. Desesperanza.
  3. Estado de alerta constante.
  4. Preocupación y catastrofismo.
  5. Creación de estilos de afrontamiento ineficaces (ej. abandono de trabajo y relaciones interpersonales).
  6. Distorsiones cognitivas y creencias disfuncionales.

Un primer paso, y de hecho esencial, es el establecimiento de una buena relación terapéutica entre el individuo y el terapeuta, ya que de esta dependerá la adherencia, la efectividad y el tiempo del tratamiento.

El tratamiento psicológico de primera línea estaría enmarcado dentro del enfoque cognitivo conductual debido al trabajo que se puede realizar sobre la conducta, las cogniciones y las emociones de las personas.

Por lo tanto, el tratamiento estaría enfocado a…

  1. Trabajo de las distorsiones cognitivas derivadas del padecimiento de SII.
  2. Trabajo en los cambios conductuales rígidos con respecto a la dieta y ejercicio físico.
  3. Entrenamiento en el manejo de la ansiedad.
  4. Entrenamiento, realización y generalización de técnicas de relajación.
  5. Psicoeducación en emociones.
  6. Psicoeducación en el Síndrome del Intestino Irritable.
  7. Psicoeducación de la relación entre el estrés y el SII.
  8. Autorregistros conductuales, cognitivos y emocionales.
  9. Entrenamiento en manejo de malestar.
  10. Prevención de recaídas o crisis

Tratamiento nutricional

Algunas de las investigaciones más recientes destacan la siguiente cifra: «9 de cada 10 personas con Síndrome de Colon Irritable consumen alimentos que potencian los síntomas característico del mismo».

El tratamiento nutricional pretende que el individuo realice cambios en cuanto a sus hábitos nutricionales y los alimentos consumidos y, adicionalmente, comience a efectuar ejercicio físico. En este sentido, se ha demostrado de especial utilidad el enfoque empleado por la psicología nutricional, como complemento a un abordaje meramente dietético.

Anteriormente se ha mencionado que una dieta rica en FODMAP es una de las posibles causas del surgimiento de este síndrome. Por tanto, los profesionales de la salud y desde la Asociación Dietética Británica (BDA) se recomienda la realización de una dieta baja en FODMAP en un principio durante 3 a 6 semanas.

El hecho de llevar una dieta reducida en FODMAP conlleva tres fases:

  1. Fase de restricción: detrimento drástico y rígido del consumo de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles.
  2. Fase de reintroducción: reintroducción paulatina y controlada de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles a la dieta.
  3. Fase de personalización: el objetivo es que la persona lleve una dieta más amplia que contribuya a la mejoría de los síntomas y de la calidad de vida.

Otras de las dietas recomendadas son:

  1. Dieta libre de gluten.
  2. Dieta mediterránea.
  3. Dieta rica en fibra.

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