¿Qué es la adición al sexo?

La adicción al sexo o el trastorno de hipersexualidad (THS) es un tipo de disfunción sexual que hace referencia a la incapacidad para impedir la realización de comportamientos sexuales compulsivos. De hecho, en un primer momento se consideró como un trastorno de control de impulsos, que es una tipología de desorden diferente.

El hecho de que la persona conviva con dichas conductas irrefrenables suele suscitar sentimientos de culpa, realización de comportamientos de riesgo (consumo de drogas, alcohol, embarazados no deseados contagio de ETS/ITS), pérdidas laborales, económicas o de la pareja, etc.

Sintomatología de la adicción al sexo

La sintomatología que caracteriza al trastorno de hipersexualidad (THS) es la siguiente:

  1. Fantasías sexuales recurrentes.
  2. Ansia por la realización de la actividad sexual.
  3. Masturbación excesiva.
  4. Comportamientos sexuales impulsivos.
  5. Conductas sexuales inapropiadas culturalmente.
  6. Estado de excitación reiterada.

Los síntomas mencionados deben estar presentar durante un mínimo de seis meses causando un malestar significativo en todas las áreas de la vida de la persona (ej. Personal, social, laboral, familiar).

Aunque la adicción al sexo todavía no cuenta con una sección propia para su diagnóstico en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-5), se han presentado cinco criterios que podrían ayudar al mismo.

  1. Gran cantidad de tiempo invertida en fantasías eróticas, así como en la planificación y realización de comportamientos sexuales.
  2. Fantasías y comportamientos eróticos como consecuencia de estados de ánimo disfóricos (ej. Ansiedad, depresión, aburrimiento…) y de episodios de mayor estrés.
  3. Incapacidad de inhibir las fantasías o conductas sexuales.
  4. Realización de comportamientos sexuales de riesgo no teniendo en consideración el impacto asociado.

Epidemiología de la adicción al sexo

La adicción al sexo tiene una prevalencia en la población general de entre un 5% y un 6%; no obstante, las investigaciones muestran que es más común en la población masculina en comparación con la femenina.

De hecho, según la Society for the Advancement of Sexual Health (2012) establece que solo en América del Norte hay entre un 3% y un 5% de personas que sufren la adición al sexo.

Adicionalmente, un estudio realizado en Suecia muestra que hay una prevalencia del 12,1% en hombres y del 6,8% en mujeres.

¿A qué se debe la adicción al sexo?

La adicción al sexo, hoy en día, se relaciona en mayor medida con causas psicógenas, esto es, sus desencadenantes son principalmente psicológicos. No obstante, también puede aparecer como consecuencia de causas biológicas, tal como enfermedades o efectos secundarios a un fármaco.

Independientemente de sus causas, existen algunos factores de riesgo que predisponen a dicha patología, tales como:

  1. Tipo de personalidad. Tener una personalidad impulsiva en búsqueda de satisfacción inmediata en la que se cometen acciones relacionadas con el riesgo, fomenta la vulnerabilidad de la persona al trastorno de hipersexualidad.
  2. Insatisfacción con la vida y haber sufrido o estar sufriendo en el momento una situación estresante.
  3. Carencias afectivas en la infancia o en las relaciones sentimentales.
  4. Consumo de sustancias adictivas (ej. Alcohol y cocaína).
  5. Tener una baja autoestima.
  6. Tener obsesiones sexuales exageradas.
  7. Insatisfacción con la imagen corporal.
  8. Haber sufrido disfunciones sexuales.
  9. Educación sexual escasa o, en caso de haberla tenido, estricta o conservador.

Causas biogénicas

Algunas de las investigaciones realizadas con el objetivo de conocer la etiología de la adicción al sexo han encontrado que puede deberse a una alteración en los neurotransmisores.

Los neurotransmisores que estarían implicados en esta patología serían la dopamina, la serotonina y la noradrenalina. Dichos neurotransmisores tienen una función excitatoria, por lo que una sobreproducción de los mismos puede provocar el desarrollo de comportamientos hipersexuales.

Por ejemplo, los comportamientos sexuales compulsivos e inapropiados son típicos de la enfermedad de Párkinson, por lo que los pacientes que la sufren se les dispensa medicación que regule los niveles de dopamina y serotonina.

Otros estudios han demostrado que hay una correlación positiva entre los andrógenos (altos niveles de testosterona) y la frecuencia de pensamientos y actos eróticos, sobre todo en hombres adolescentes.

Adicionalmente, las lesiones cerebrales ubicadas en las regiones temporales derechas puede aumentar la impulsividad en relación con el comportamiento sexual.

Finalmente, algunas enfermedades como, por ejemplo, la esclerosis múltiple o haber sufrido una afectación cerebral (ej. Ictus), pueden ser precursoras de comportamientos hipersexuales.

Causas psicógenas

Dentro de una perspectiva cognitivo-conductual, la realización de las conductas sexuales se enmarca desde el propio alivio del malestar más que en la búsqueda de bienestar.

Es decir, el comportamiento se lleva a cabo ante la presencia de ansiedad o de impulsos sexuales internos con el fin de reducirlos.

Por lo tanto, lo relacionado con el sexo es una vía para deshacerse del malestar emocional, es decir, es una estrategia de afrontamiento que genera que los comportamientos sexuales se conviertan en obsesión.

Este malestar puede estar producido por haber sufrido abusos sexuales en la infancia o haber vivido un trauma con respecto a la sexualidad. Adicionalmente, también puede brotar por haber atravesado rupturas sentimentales dramáticas.

Por último, se destaca que estos comportamientos pueden darse de maneras diferentes:

  1. Presencial (actos sexuales esporádicos con personas conocidas o desconocidas).
  2. Online (frecuentar páginas de pornografía, líneas telefónicas eróticas, realización de videollamadas…).
  3. Voyeurismo (observación de parejas, mirar por las ventanas esperando un desnudo…).

No obstante, la adicción al sexo puede aparecer en conjunción con otro trastorno psicológico. Por ejemplo, las mayores cifras de comorbilidad se encuentran con las siguientes patologías:

  1. Trastornos del estado de ánimo (entre un 71% y 76%).
  2. Trastorno por abuso de sustancias psicoactivas (entre un 40% y 46%); sobre todo por alcohol (entre un 30% y un 40%).
  3. Trastornos de ansiedad (entre un 38% y 46%); sobre todo por fobia social (entre un 21% y 31%).
  4. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad en la infancia (17%); realmente ocurre con mayor frecuencia con las parafilias (50%).
  5. Trastornos de personalidad (sobre todo los de tipo histriónico, paranoide, obsesivo-compulsivo y pasivo-agresivo).

¿Existen diferentes tipos de adicción al sexo?

La adicción al sexo, entendida como un concepto global, no cuenta con subtipos.

No obstante, sí presenta diversas formas de manifestarse, como pueden ser:

  1. Masturbación.
  2. Visualización de material pornográfico.
  3. Relaciones sexuales esporádicas y anónimas.
  4. Sexo por internet o cibersexo.
  5. Llamadas recurrentes a líneas eróticas.
  6. Asistencia a prostíbulos o clubes de streaptease.

¿Cómo se evalúa e interviene en la adicción al sexo?

Evaluación de la adicción al sexo

Pese a que la adicción al sexo todavía no se encuentre definida como una categoría diagnóstica, es importante realizar una entrevista de evaluación psicológica con la persona que acude a la consulta con el fin de realizar un diagnóstico diferencial.

Si la persona ha sufrido alguna de las causas biológicas mencionadas, será de gran relevancia tenerlo en cuenta (pero no directamente identificarlo como causa exclusiva) cuando:

  1. Por un lado, un paciente acude a consulta con la sintomatología típica de conductas hipersexuales.
  2. Por otro lado, se le pregunta si ha notado algún cambio en cuanto al área sexual.

En caso de que la persona refiera estar atravesando un malestar con respecto a la sexualidad, el profesional sanitario podrá decidir la realización de pruebas hormonales.

Adicionalmente, existen una serie de cuestionarios o inventarios que han sido validados para poder diagnosticar dicha patología. Algunos de los más utilizados son:

  1. The Sexual Addiction Screening Test.
  2. The Sexual Outlet Inventory.
  3. The Sexual Compulsivity Scale.
  4. The Compulsive Sexual Behavior Inventory.

Tratamiento de la adicción al sexo

La adicción al sexo es recientemente tratada de dos formas diferentes:

  1. Tratamiento farmacológico:
    • Desde la perspectiva farmacológica, aunque son múltiples las opciones de tratamiento que puede prescribir un médico, se suele recurrir con mayor frecuencia al uso de Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina.
    • Se destaca que no se recomienda el uso de benzodiacepinas al tener el poder de incrementar la desinhibición y el comportamiento sexual.
  2. Tratamiento psicológico: desde la psicología se aborda esta problemática a través de la terapia grupal o grupos de ayuda comunitarios, terapia cognitivo-conductual y terapia psicodinámica.

Referencias bibliográficas

Chiclana, C., Contreras, M., Carriles, S., & Rama, D. (2015). Adicción al sexo: ¿patología independiente o síntoma comórbido? Revista Iberoamericana de Psicosomática, 115, 19-26. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5208945.pdf

Echeburúa, E. (2012). ¿Existe realmente la adicción al sexo? Adicciones, 24(4), 281. https://www.adicciones.es/index.php/adicciones/article/view/77

American Psychological Association [APA]. (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5)https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf

Verdura, E. J., Ponce, G., & Rubio, G. (2011). Adicciones sin sustancia: juego patológico, adicción a nuevas tecnologías, adicción al sexo. Medicine, 10(86), 5810-5816. https://cipesalud.com.ar/wp-content/uploads/2020/09/adicciones-sin-sustancia.pdf

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