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Cuando los padres son muy sobreprotectores con sus hijos e invaden el área escolar y no dejan que los maestros y profesores lleven a cabo sus investigaciones en el caso del bullying, haciendo que el problema en lugar de ser eliminado se acrecienta más.

Muchos padres son los responsables de que sus hijos de promuevan y acentúen el bullying dentro del aula de clase promoviendo serios problemas de disciplina.

Existe una confusión en los roles de los padres, existen muchos que quieren que sus hijos realicen más actividades dentro de las escuelas pero también quieren tener autoridad sobre los maestros y profesionales que prestan sus servicio allí.

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Cada vez son más las actividades que se realizan en los colegios como fiestas, obras de teatros y celebraciones que debiera ser un momento de diversión para los niños pero se convierten en pesadillas para  otros ya que hay chicos que son  influenciados por sus padres a fomentar el bullying porque el otro tiene sobrepeso, tiene otro color de piel o tiene alguna discapacidad.

Éstos reciben información errónea de cómo comportarse en clase y son bombardeados de sentimientos negativos hacia otros niños por el solo hecho de ser “diferente”.

Al momento de que los maestros llaman a estos padres para que corrijan la actitud de sus hijos, estos empiezan a actuar de manera negativa ya que contradicen todo lo que dicen de su hijo, denigran a la víctima y fomenta la pelea entre ambos antes que buscar una solución adecuada. A la hora de enfrentar a los padres de la víctima, estos buscan comenzar riñas con los otros progenitores causando un espectáculo dentro de la instalación  educativa.

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Estos padres pueden tener frustraciones no resueltas las cuales son trasmitidas a los hijos como si ellos fueran una extensión de sí mismo;  tanto ellos como sus hijos no son bien aceptados en la escuela pero lo más triste es que a veces los hijos no desean dañar a nadie pero por miedo o por no defraudar a sus padres lo hacen.