No existe ninguna manera de justificar el comportamiento agresor que tienen algunas personas en la escuela. El bullying escolar, se mire por donde se mire, es un problema importante que merece la atención de todos pero no para hacerlo más famoso sino para buscar la manera de erradicarlo.
Hay que recordar que los bully son jóvenes de la misma edad que sus víctimas en la mayoría de los casos, los cuales también tienen una vida fuera de la escuela y problemas concernientes a ella y aunque nunca lo manifiesten estos suelen ser problemas perturbadores que influyen en su comportamiento como acosadores, como suele ser el caso de la violencia intrafamiliar.
El hogar es el principal medio por el cual se aprende a ser buenas personas, llenas de valor y empatía porque los padres ponen su esfuerzo en enseñarlo a través de amor, comprensión, escucha activa e imposición de responsabilidades. Pero cuando un hogar carece de todos estos elementos y predominan los gritos, la indiferencia parental, el abuso de poder fraterno, las presiones y críticas constantes o el maltrato físico y verbal, traen como resultado personas bully
¿Por qué es importante saber esto?
Primeramente para saber el origen de los actos de bullying por parte de los perpetuadores, de esa manera se tiene más claridad y hasta cierta empatía por ellos y así se puede recuperar el control de la situación si se es una víctima, al ver que su perpetuador no es más que una persona abusada.
En segundo lugar, se puede adquirir de nuevo confianza en sí mismos, no al sentir aprecio por las desgracias del bully, sino porque se le deja de ver como una persona intocable y poderosa que tiene todo bajo su control. De esta forma se empieza a dejar de sentir miedo por él y se puede enfrentar.
Conocer a nuestros oponentes es la mejor forma de derrotarlos en su juego de poder, sea cual sea la razón del mismo, sin la necesidad de convertirse en personas similares.