Una de las metas como padres, es criar a niños que se conviertan en personas independientes, capaces de valerse por sí mismos y que resuelvan sus propios problemas sin la necesidad de ser dependientes de los padres para toda su vida, sin embargo, hay que tener en cuenta que este proceso debe hacerse con tacto pues puede confundirse rápidamente con abandono y repercutir negativamente en los hijos, como es en el caso del bullying.
Los jóvenes tienen una percepción muy delicada con respecto a la atención y el cuidado que reciben de sus padres, en este caso, si los padres no pasan tiempo de calidad con sus hijos, los ignoran constantemente, no escuchan cuando tratan de iniciar una conversación, critican en vez de dar consejos o les dicen «que aprendan a resolverlo por su cuenta» están llevando un mensaje de desvinculación y desinterés en ellos.
Principalmente, inseguridad e indecisión, puede convertirse en personas vulnerables a la hora de tomar iniciativas sobre algo, mantener una decisión o volverse manipulables, es decir, potenciales víctimas de bullying, que pueden sucumbir ante los chantajes o sufrir de bajas de autoestima ante los comentarios negativos y humillaciones. Además de sentirse perdidos sobre qué hacer pues piensan que nadie podría creerles.
Por otra parte, puede desencadenar una serie de conflictos personales basados en la necesidad de llamar la atención de manera inadecuada, solo para sentir que le importan a alguien o para evitar que otra persona los ignore y les haga daño. Por lo que pueden volverse perpetuadores de bully en la escuela.
¿Por qué ocurren estos comportamientos?
Debido a que los padres son los modelos de ejemplo para los hijos, además de ser su pilar inicial en la construcción de la confianza, identidad, percepción del mundo y toma de decisiones. Por lo que, si existe un acto de abandono indirecto, los jóvenes lo van a tomar como una muestra de poco amor.
Haciendo que se cuestionen sobre sí mismos y lo que deben ser, así como concebir una idea equivocada de lo bueno, de lo malo, de las responsabilidades y deberes. O por el polo opuesto, tener una pobre idea preestablecida sobre sus capacidades y su lugar en el mundo, con problemas de adaptación.
Por lo que es importante como padres, tomar un tiempo de calidad para interactuar con los hijos, ayudarlos con la tarea, aconsejarlos cuando lo necesiten, escucharlos cuando quieran conversar y estar ahí cuando lo necesiten, pero alentarlos a que inicien su propio camino.