El bullying, en todas sus formas, va creciendo considerablemente día a día a pesar de las campañas en su contra, de los testimonios de víctimas o de las consecuencias violentas de armas que se televisan. Por lo que esto solo indica que el problema del bullying, más que estar solo en el entorno escolar, también se encuentra arraigado en el hogar.
Los problemas de bullying generalmente vienen de niños que, en sus casas, son agredidos o poco atendidos, por lo que es una forma agresiva de mostrar su necesidad de ser vistos. Así que, si el problema ya no es solo una tendencia de popularidad en la escuela ¿Cómo proteger a nuestros hijos del bullying?
La respuesta es muy sencilla: Con una buena crianza
¿Una crianza adecuada es el mejor escudo contra el bullying?
Si, recordemos que los bully toman de víctima a aquellas personas más vulnerables, tímidos, ingenuos, manipulables, con problemas de adaptación y falta de confianza en sí mismos, por lo que si, como padres, nos enfocamos en fortalecer estos aspectos en nuestros hijos, no serán víctimas de bullying.
Primero, hay que educar a nuestros hijos, ser claros en todo lo que respecta a las cosas buenas y sus beneficios, así como las malas y sus repercusiones. Incitarlo a que realice preguntas si no entiende algo y aclarárselas, a tener respeto por las diferencias y amabilidad con quienes las necesitan, pero al mismo tiempo, a que sean fuertes, que sepan valerse por sí mismos y evitar que sean utilizados por otros.
Saber apreciar lo que tienen, hay que hacerles saber que toda recompensa en la vida es gracias al trabajo duro, nada viene en bandeja de plata, sino que hay que ganarlo y que tener cosas no nos hace superiores a nadie, porque no sabemos cuánto nos va a durar. Esto hará que se vuelvan más responsables, inteligentes y empáticos con aquellos menos favorecidos en cualquier aspecto, además que tendrán la capacidad de ayudar.
Tener una buena disciplina, que sepan que, si hacen algo mal, son irresponsables o irrespetuosos causará una reprimenda. Es decir, no tendrán acceso a algo que quieren, pero siendo también justos al respecto, dándole la oportunidad de explicarse y redimirse. No hay que confundir este tipo de castigo con el castigo físico, pues eso les enseñará que todo se resuelve es a través de la violencia.
Enseñarles a hacer otras cosas, el que aprendan nuevos oficios hará que desarrollen múltiples habilidades que aumentarán su confianza en sí mismos, los harán independientes y menos propensos al bullying porque tienen herramientas necesarias para enfrentarlo.
Es desde el amor, la comprensión y el respeto que se logra formar a jóvenes con estas mismas cualidades, no a través de castigos físicos, discusiones, prohibiciones o ignorar.