rafael-nunez-aponte-acoso-escolar-racial-cuando-el-problema-esta-en-casa

El racismo no es algo ajeno a nuestro entorno, cada día podemos presenciar un acto de discriminación en las calles, en los sitios públicos, en el trabajo e incluso en el entorno escolar, a pesar de que se tengan políticas de cooperativismo y compañerismo, estas situaciones de exclusión y burlas xenófobas escolares se salen del control de los encargados de las instituciones.

Trayendo como consecuencia el ignorar dichos actos, rendirse a buscar una solución o tomarlos a la ligera, dejando una brecha abierta para que las situaciones de racismo busquen nuevas formas de manifestarse y se amplíen en la clandestinidad, especialmente si los padres de las personas involucradas, no toman las medidas necesarias para enfrentarlo y solucionarlo, dejando que los jóvenes perpetuadores salgan siempre victoriosos.

rafael-nunez-aponte-acoso-escolar-racial-cuando-el-problema-esta-en-casa

¿El problema empieza en casa?

Muchas veces sí, la forma en cómo criamos a los niños tiene mucho que ver con el carácter y las decisiones que toman en el futuro, por lo que si no se establecen límites claros, se diferencian entre lo que está bien o mal y se les perdona todos actos incorrectos sin un castigo, además de consentirlos en exceso, solamente traerá como resultado a personas caprichosascarentes de empatía y de respeto ante las cosas que no valora.

Los padres no suelen observar este comportamiento desagradable y poco social en sus hijos, primeramente porque ante sus ojos siempre serán perfectos, pero más que todo porque tienen miedo de reconocer que se han equivocado en algo, por más comodidades y amor se les haya dado.

Pero una vez que descubren que sus hijos tienen tendencias xenófobas, el verdadero «drama familiar» comienza y los padres se encuentran perdidos sobre qué hacer porque, generalmente en estos casos, a pesar de su falta de una enseñanza empática con los demás, los padres no crían a sus hijos para ser personas discriminantes con otras.

¿Entonces qué se puede hacer?

Lo más importante es comenzar un canal de comunicación con los hijos, que puede ser a través de un psicólogo, averiguar de dónde viene esa tendencia discriminante o qué es lo que realmente sucede con esa persona que tanto les molesta, generar un ambiente de confianza donde puedan expresarse sin miedo.

Otro punto importante es no juzgarlos, a pesar de que sus actos son terribles y causan mucho daño a otros, tratarlos con la misma moneda no resolverá nada, hay que encontrar canales asertivos.

Finalmente, hay que hacerlos aceptar su error, hacerles ver lo dañino que sus actos son para los demás y tomar las medidas de castigo adecuadas para ellos, así como incitarlos a disculparse con sus víctimas y generar cambios a través de actividades o nuevas rutinas.