Los adultos pueden creer que ofreciendo una bonita casa como techo para vivir, un buen sustento económico, ropa y juguetes de forma abundante, proveer los mejores servicios médicos y educativos o llenar a sus hijos con lo último en tecnología moderna y cumplir sus caprichos, son buenos padres, cuando la realidad es que a los hijos, no les importa tener cosas materiales siempre y cuando tengan el amor y la atención de sus padres y es justamente en ese punto donde se convierten en padres ausentes.

Este término no se encuentra reservado únicamente para aquel padre o madre que no se encuentra físicamente presente en el entorno familiar, sino que también se encuentran incluidos aquellos padres que son emocionalmente distantes con sus hijos, que sin importar si están en la casa, nunca están presentes cuando se les necesita.

Si te ha pasado algo relacionado con ello, como poner de primero siempre tu trabajo, nunca tener tiempo para compartir con tus hijos,  no conocer su situación escolar o social, no valorar su opinión, pedirla o ignorarla y no atender cuando te buscan si tienen que hablar contigo, entonces estás convirtiéndote en un padre ausente y esto puede causar serias repercusiones para tus hijos. Tales como:

  • Influencia para bullying: Los niños aprenden rápidamente cual es la mejor forma de obtener atención y cómo escudarse contra la posibilidad de salir heridos por otra persona, así como resultado de la interacción con sus padres. Así que se pueden convertir fácilmente en víctimas y victimarios de bullying en su entorno escolar, social y familiar.

  • Dificultad para conectarse con sus emociones: Aquí puede ocurrir una distorsión del significado de la forma de buscar amor en otras personas, pueden estar continuamente luchando por la aprobación y la atención de cualquiera, sea bueno o no para ellos mismos. Debido que existe una baja autoestima por no ser suficientes para contar con el apoyo de sus propios padres.
  • Problemas de interacción: Como no pueden relacionarse con sus padres, no saben discernir entre una buena o mala relación con sus pares, por eso pueden volverse reservados y aislados de su entorno o tener conductas rebeldes y extravagantes.

  • Incapacidad de seguir y ejercer las normas: Una característica de los padres ausentes es que se desligan tanto de sus hijos que no se inmiscuyen siquiera en la imposición de normas en el hogar y por ello puede resultar en conductas oposicionistas frente a las figuras de autoridad. Además pueden tener tendencias a repetir la falta de compromiso que sus padres o problemas para tomar roles de autoridad en cualquier ámbito de desarrollo.

Recordemos que los hijos aprenden primero en el hogar y si en este se les educa desde el alejamiento y la irresponsabilidad, es posible que tengan un futuro lleno de dificultades e inseguridades.