Joven Seguro-Salud mental cómo nos preocupa

Según el estudio de la compañía Ipsos, en España a nivel sanitario lo que más nos preocupa es la salud mental. El porcentaje de personas que ahora viven con esa preocupación ha aumentado respecto a los últimos años. Y es que, a día de hoy, los aspectos psicológicos son algo prioritario y estamos concienciados de que, si nuestros aspectos emocionales no están bien, no lo puede estar el resto de nuestra vida. Años atrás, nos preocupaban más otros aspectos a nivel sanitario. Pero ¿por qué esta cifra ha aumentado? ¿Tenemos peor salud mental?

El ranking de la salud mental

El Global Health Service Monitor 2022 de la compañía Ipsos recoge cuáles son las preocupaciones principales de las personas en todo el ámbito sanitario. En 2022, vemos que los datos cambian respecto a los últimos años. De hecho, la salud mental, que encabeza este año la lista, es la primera vez que ocupa esa posición.

En primer lugar, Ipsos nos dice que el 51% de las personas tienen como mayor preocupación la salud mental. Después estarían el cáncer con un 49% y el coronavirus con un 45%.

La salud mental ha tenido un gran incremento desde 2018, doblándose del 23% al 51%. Y es que, cada vez nos preocupamos más por nuestras emociones, por aquello que sentimos y por cómo son nuestros pensamientos.

El sistema sanitario y la salud mental

Un aspecto importante del estudio Global Health Service Monitor 2022 es que también evalúa el grado de satisfacción con el sistema sanitario. La mitad de las personas encuestadas considera bueno el sistema de salud. Y un 20% de la población, directamente considera que es malo. Esto explicaría ese nivel de preocupación. No solo nos preocupa tener una buena salud mental sino que, si nuestro mundo emocional se desequilibra, queremos contar con un buen apoyo psicológico por parte del sistema sanitario. Y los datos, en base a los encuestados, no son buenos.

El poder de la visibilidad

Hace unos años, el número de personas que era capaz de verbalizar que recibida terapia psicológica era muy bajo. Normalmente, nos encontrábamos personas que podían padecer algún tipo de trastorno psicológico y que, por ello, podían hablar abiertamente de que sí que estaban recibiendo tratamiento. Eso ha creado falsos mitos frente a la salud mental y la psicoterapia. Actualmente, muchas personas siguen creyendo que, para poder ir al psicólogo o a la psicóloga, es necesario tener algún tipo de patología mental. Sin embargo, ni eso es lo frecuente ni la única labor de la terapia psicológica.

Estamos en la era de la visibilidad de la salud mental, del foco en las tasas de suicidio, de las personas que cada día se atreven a contar sus experiencias con la terapia. Las nuevas generaciones están contribuyendo cada vez más a ello. Los adolescentes, por ejemplo, son capaces de expresar y normalizar cuándo van a terapia y por qué. Cada vez nos escondemos menos de algo que nunca debió estar escondido.

La salud mental es parte indispensable de nuestra vida. No es algo aparte, no hace referencia a algo íntimo, sino que es visible, palpable y fundamental en el día a día. De la misma forma que cualquier parte física es tratada y hablamos de ellos, cada vez lo hacemos más sobre todo aquello que ocurre en el interior de nuestra cabeza. Nuestro mundo emocional ya no es tabú.

La visibilidad en la era de la información

Vivimos una explosión de información con un acceso cada vez más fácil a ello. Tenemos en nuestras manos un dispositivo móvil con acceso a Internet y a todos los buscadores. Eso hace que podamos llegar a información con facilidad de una manera cada vez más rápida. Eso, junto al poder de la visibilidad, está haciendo que nos sintamos menos solos, menos extraños frente a lo que nos pasa psicológicamente. Famosos que hablan de un trastorno mental y Google que nos facilita entender sus síntomas. Foros de Psicología donde compartir o millones de expertos en salud mental hablando de ello en Instagram. Todo ello suma a que nos preocupe nuestra salud mental por encima de todo. Porque ahora sabemos que lo que está en nuestra cabeza facilitará o entorpecerá el resto de nuestra vida.

La buena salud mental

No siempre somos conscientes de si realmente tenemos una buena o mala salud mental. Eso también nos impide buscar o pedir ayuda y acudir a centros especializados. Por eso, es importante conocer determinados indicadores de que poseemos una buena salud mental. Teniendo eso en cuenta, pero sin que sirva como un verdadero diagnóstico clínico, podemos entender cómo están nuestros aspectos psicológicos.

Indicadores de buena salud mental:

Relaciones positivas

Una de las cosas más llamativas que podemos encontrar cuando nuestra salud mental es buena es que podemos y nos gustar relacionarnos con otras personas. Somos más asertivos, ponemos límites, disfrutamos y somos proactivos.

Autoaceptación

Conocernos a nosotros mismos, ver todo lo que somos y aceptarnos. No implica que no haya aspectos negativos, sino el poder ver todas las partes y querernos con todo ello. La buena salud mental no es perfección física o emocional, sino autoconocimiento y aceptación personal. Esta es la base del amor propio.

Autonomía

La autonomía es importante. Tener la capacidad de poder desenvolvernos por nosotros mismos y ser autosuficientes. Pero, cuidado, sabiendo pedir ayuda y permitiéndonos a nosotros mismos recibirla. Un exceso de autonomía nos lleva al desgaste.

Proyección a metas

Las metas y los objetivos son parte importante de nuestra vida. No solo saber qué queremos hacer a nivel laboral, sino a nivel personal, familiar o de ocio. Tener ilusión por hacer cosas a futuro y luchar para conseguirlas es síntoma de buena salud mental.

Crecimiento

El crecimiento es tanto un medio como un fin. La autorrealización ha sido siempre considerada como la cúspide de las aspiraciones humanas, sin embargo, es también nuestro motor. El continuar aprendiendo, desarrollándonos o ir limando aquellos errores nos permite crecer y transformarnos. Y eso nos dará energía y motivación para las demás áreas de nuestra vida.

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