Rafael Nuñez - El bullying se mantiene y aumenta los casos depresivos
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El cariñoso es una persona que manifiesta un sentimiento de apego o afecto que experimenta respecto a algo o a alguien.

El agresor tiene un temperamento irascible, se caracteriza por amenazar, dominar y subyugar a los demás, imponiéndose por la fuerza, en cambio la víctima parece liberar la oxitocina. Temperamento irascible versus la hormona del cariño, cuál de las dos es más peligrosa o más beneficiosa.

La oxitocina esconde un lado negativo, poco saludable e inadecuado para la estabilidad emocional que lleva a muchas personas a relaciones dependientes y tóxicas, a pesar de ser reconocida esta hormona por su capacidad de crear lazos interpersonales, reduce la habilidad para detectar amenazas y peligros.

Por otro lado, estudios recientes como el de 2009 del investigador Matthijs Baas de la Universidad de Amsterdam, Holanda, defienden los beneficios de vivir enojado con el mundo porque al experimentar con un grupo de estudiantes que enfrentó comprobó que el equipo de los irascibles produjo más ideas creativas que el otro equipo.

Rafa Nuñez - Joven Seguro
El irascible es una persona que se deja llevar por la ira o por el enojo, entendido también como un rasgo de conducta o de personalidad, rasgo que puede suscitar problemas si no se trata correctamente.

El enfado bien canalizado puede promover la innovación y la creatividad, esto porque la ira prepara al cuerpo para movilizar recursos, lo que se explica biológicamente pues la rabia se genera en la amígdala, a nivel cerebral, estructura que detecta amenazas a nuestro bienestar.

Señales químicas que paradójicamente a lo esperado pueden tener beneficios como aumentar la motivación y dotar de la fuerza suficiente para evitar correr riesgos y no sucumbir a las amenazas.

Coincide Joseph Forgas, psicólogo e investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur, que las emociones afectan el comportamiento y defiende que la irritabilidad activa una forma de pensar más atenta y cuidadosa, que presta más atención al mundo externo.

Es caso para preguntarse si es preferible una buena dosis de oxitocina o de irascibilidad, preguntarse qué es lo que, biológicamente, puede condicionar a la víctimas o al agresor.

Un temperamento irascible en personajes como Hugh Grant, actor y productor de cine británico exitoso, igualmente reconocido, a lo largo de la historia, el mal genio de Newton o de Beethoven, entre otros parece haber sido beneficioso, quizás porque fue bien canalizado, quizás porque los extremos no son lo más saludables.