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El bullying o acoso escolar, forma de maltrato psicológico, verbal o físico realizada repetida por mucho tiempo puede dejar consecuencias muy importantes en el desarrollo integral del acosado, especialmente a nivel emocional.

Las secuelas de quien sufre bullying son, especialmente, trastornos psiquiátricos como:

  • La depresión que es un trastorno mental frecuente, que puede llevar, incluso, al suicidio.
  • Ansiedad, generalmente, difícil de eliminar y, en muchos casos, lleva al abuso de alcohol o drogas.

Además, podrá tener mayor propensión a padecer enfermedades como el cáncer y la diabetes como es referido en algunos artículos de salud.

Para este tipo de situación debería existir una vacuna pues dependerá de la actitud de la víctima salir de este sufrimiento, siendo que muchos resurgen como el ave fénix, mientras que otro se prenden a un acontecimiento pasado anulando su presente y futuro.

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Se puede afirmar que es cuestión de optar por entre resurgir de sus cenizas o acomodarse a la desgracia de haber tenido mala suerte, haber estado en el sitio y con las personas erradas en determinado momento de su vida.

Quién no ha sufrido, alguna vez, de acoso de algún genero, de allí preguntarse por qué algunas personas son hoy, a pesar de su pasado, felices y realizadas.

Obviamente que la respuesta dependerá de la madurez emocional del acosado, sabiendo que en la niñez y adolescencia, esta apenas está empezando a desarrollarse, sabiendo también que ningún niño tiene los recursos psicológicos para enfrentarse a un maltrato insistente de sus compañeros.

Ante estas consecuencias, el adulto, deberá atender esta problemática de salud mental, deberá buscar las orientaciones a nivel técnico, así como las herramientas para curar las referidas secuelas originadas por el acoso.

El adulto que acompaña un caso de acoso escolar deberá tener consciencia de que podrá ultrapasar este problema, Justin Timberlake es un claro ejemplo del triunfo sobre el dolor:

«En Tennessee, si eras chico y no practicabas algún deporte eras considerado raro. Yo desde niño me incliné por las artes y la música, y esto motivó que mis compañeros me insultaran, llegando incluso a golpearme. Ahora creo que haber vivido esa experiencia me hizo crecer y aferrarme a mis sueños»