Los apodos son formas cariñosas para llamar a un niño o joven, pero al transformarse en burlas se habla de bullying o acoso, trayendo una serie de consecuencias para las víctimas.

Es muy común que en casa le digamos cariñosamente a nuestros hijos con un apodo, por ejemplo  nene, nena, niño, niña, beba, bebé, princesa y príncipe; esta forma de llamarlos por lo general no los afectan cuando son pequeños, pero llega un momento en que al entrar a la adolescencia, a los jóvenes no les gusta que le digan bebé o nene. Si los amigos se enteran que en casa la familia le dicen así, empiezan con bromas inofensivas, creando un ambiente de camaradería entre ellos.

Esto se convierte en un problema cuando se confunden las burlas con un acoso verbal, ya no es un acto de familiaridad sino que se transforma en una manera de herir y lastimar a la víctima. En las escuelas al ponerles sobrenombres a los jóvenes por algún aspecto físico, por causa de su raza, condición social, económica, religiosa e inclusive orientación sexual se entra en un acoso o bullying escolar.

La víctima de bullying se siente aislada

Puede ocurrir también que el acosador no tenga ninguna motivación específica para acosar a su víctima, solo el hacer daño lo alienta para hacer este tipo de bullying ocasionando consecuencias que, si no se interviene a tiempo, pueden resultar peligrosas:

1.- La depresión: Cuando un joven es víctima de un sobrenombre que le causa malestar y lo hiere constantemente puede sentir rabia, suelen llorar sin causa aparente, están todo el tiempo irritable, no hacen sus actividades cotidianas, están siempre tristes y se aíslan de los demás.

2.- Baja autoestima: Si los apodos son denigrantes y resaltan un aspecto de su figura o de su vida, pueden originar que los jóvenes adopten una vida llena de complejos e inferioridades, los pensamientos negativos forman parte de su día a día, involucrarse en el mundo de la droga, caer en anorexia y la bulimia e incluso el suicidio pueden llegar a ser una meta para ellos.

El acoso escolar trae consecuencias negativas

3.- Presencia de fobias: Los jóvenes que son sometidos a apodos negativos suelen desarrollar fobias o miedos a salir sin compañía, a personas, a dormir solos, a estar solos, a hablar en público y a dar su opinión.

4.-  Fracaso escolar: Las víctimas de este tipo de bullying no quieren regresar a la escuela, bajan sus promedios ya que no cumplen con sus actividades escolares perdiendo interés por los estudios.

5.- Cambios en su estado de ánimo: Las victimas suelen tener cambios bruscos en su estado de ánimo suelen estar tristes, melancólicos, llenos de rabia, inclusive pueden sufrir de pesadillas y trastornos del sueño.

Para evitar este tipo de bullying los jóvenes deben aprender a ser asertivos y a confiar en ellos mismos, entender que valen por lo que son y no por el sobrenombre que les pongan.