La envidia es una de las causas silenciosas más comunes de cualquier forma del bullying entre los jóvenes, pero muchas personas pueden ignorar este hecho.

¿Puede la envidia conducir al bullying? Por supuesto que sí. La envidia es uno de los orígenes silenciosos más frecuentes al herir o humillar a una persona, ya que esa misma posee una serie de características, actitudes y aptitudes que otros desean tener pero que no pueden adquirirlas, se sienten incapaces o se sienten disminuidos y para evitar que los demás a su alrededor lo noten, prefieren hundir a la persona, de forma que ellos queden como los poderosos del lugar.

¿Por qué se produce la envía entre las personas?
El que envidia trata de ocultar el malestar que siente de sí mismo

Debido a que otra persona del entorno cercano posee algo que se desea intensamente porque no se es capaz de tenerlo, bien sea porque no se tienen las herramientas o porque no se está al alcance de obtenerlo. Cabe destacar que lo que poseen esas personas a las cuales se envidia no necesariamente es un bien material, puede ser la facilidad de ser querida socialmente, tener muchos amigos, ser agradable, tener una familia estable, ser atractivos, tener buen rendimiento escolar, etc.

Las personas que tienen envidia de otras se sienten amenazados por esa capacidad que poseen y ellos no. Así que, de alguna forma, la envidia se convierte en un escudo defensivo, pero lastimosamente el fin de actuar bajo la influencia de la envidia no es más que la de lastimar a la otra persona para poder sentirse bien consigo mismo y menos insatisfechos con su propia vida. Es como si de alguna manera les aliviase que todos a su alrededor se sientan mal.

¿Cómo actúa el bullying en estos casos?
La envidia es una causa de acoso

El agresor se compara constantemente con la persona a la cual envidia y mientras más diferencias encuentre entre ellos o más aspectos positivos tenga esa persona que le disguste, más la hará su objetivo ¿Por qué? Por el simple hecho que no puede tolerarlo y quiere “robarle” eso que los hace felices. Por eso comienza el acoso, tanto escolar como en el aspecto social y virtual.

Generalmente, esta intimidación o bullying está caracterizada por “manchar” la imagen de esa persona para demostrar que no es tan perfecto como parece, por lo que el agresor recurre a chismes, insultos, creación de rumores y humillaciones públicas para aislarla de los demás.

Es muy importante que siempre se esté con un ojo abierto al comportamiento de los hijos, lo que muestran en su entorno y cómo se relacionan en este para evitar más víctimas y victimarios de bullying.