El bullying escolar no distingue entre raza, condición social, credo ni sexo, por lo cual las víctimas pueden sufrir consecuencias que los afectan tanto física como mentalmente.

Juan es un jovencito de 10 años, tranquilo, introvertido, miedoso, tímido, poco comunicativo, excelente estudiante y buen amigo, pero esconde en su interior un gran problema que no sabe cómo afrontar: es una víctima de algunos compañeros de clases y cada día es una tortura ir a la escuela; es golpeado, pateado, insultado y robado, ya no aguanta esta situación, la cual ha comenzado a ocasionado ciertos problemas de salud.

Aun cuando el nombre del joven es ficticio, la escena se repite una y otra vez en los distintos centros educativos del mundo; el bullying se ha convertido en una situación repetitiva y muy frecuente en donde se intimida, hostiga, amedrenta y se amenaza tanto física como verbalmente.

Este tipo de acoso escolar no distingue sexo, condición social ni credo; muchas veces se piensa que en las escuelas situadas en zonas como barrios o sectores marginados este problema es frecuente, pero la realidad es que este flagelo se presenta en cualquier ambiente social.

Una víctima de bullying escolar presenta una apariencia triste, está siempre retraído, todo el tiempo está solo, con miedo y su rendimiento escolar baja considerablemente; igualmente, comienza a somatizar dolores como los de cabeza, estomago, pueden tener vómitos o nauseas constantes y otras veces presentan llantos incontrolables y constantes. Pero todas las víctimas no presentan la misma sintomatología, algunos no expresan nada sino que todo el sufrimiento lo llevan interiormente.

Las consecuencias del acoso escolar son numerosas, entre las cuales se encuentran:

1.- Estrés: El estar sometido a vejaciones constantes produce angustias y estrés crónico que puede ser a corto o a largo plazo si no se toman los correctivos a tiempo. Estudios han comprobado que la experiencia de ser maltratado durante la adolescencia puede limitar la capacidad de enfrentar nuevos retos y ser propenso a sufrir enfermedades graves, fumar en exceso y tener trastornos mentales.

2.- Aislamiento social: Si el joven no recibe ayuda para superar el acoso puede desencadenar que se vuelva una persona aislada, sin amigos, no cooperativos y con miedo al futuro.

3.- Desarrollo de síntomas psicosomáticos: Los niños que son sometidos por acosadores en las escuelas pueden generar trastornos psicosomáticos como diarreas constantes, fiebre, vómitos, dolores abdominales, incontinencia urinaria o enuresis nocturna.

4.-  Dificultades académicas: Las víctimas de bullying escolar suelen tener un retroceso en sus estudios, pierden la concentración fácilmente, no realizan sus actividades, no prestan atención en clase y bajan considerablemente sus calificaciones.

5.- Comportamientos inusuales: Como consecuencia de un bullying escolar los niños y jóvenes pueden comportarse de una manera extraña, hacen cosas que no hacían anteriormente como ser agresivos con los demás, fumar cigarrillos, utilizar drogas y tener pensamientos y comportamientos suicidas.

Es importante escuchar a los niños y jóvenes; los padres tienen la obligación y el deber de estar pendientes de sus hijos, del menor comportamiento inusual en ellos y tomar cartas en el asunto; así mismo, los maestros deben estar atentos a cualquier incidente, por más mínimo que sea, dentro del aula de clase ya que así empieza el bullying escolar.