El ser un niño bully o acosador tiene una serie de consecuencias que si no se tratan a tiempo puede convertirlo en una persona irracional, sin empatía y problemática.

Las peleas, conflictos e insultos ocasionales no son considerados como bullying o acoso escolar; para que esto ocurra debe haber una forma de maltrato continuo e intencional que se manifiesta en agresiones físicas y verbales sobre un compañero que se transforma en víctima. Muchas veces se cree que venir de una familia donde el abuso está presente convierte a un niño en un acosador, aunque esto es una causa poderosa, no es la única.

La incapacidad para empatizar con los demás, el no tener habilidades para resolver los problemas que presentan y la etapa de desarrollo por la cual atraviesa, influyen también en un niño acosador, que con su detestable comportamiento consiguen la aprobación, la admiración y el respeto de algunos compañeros que también se hacen cómplices de la situación. Esto hace que sus actitudes intimidatorias se arraiguen y tenga éxito en su misión.

Pero al igual que en las víctimas, los acosadores también sufren algunas consecuencias, tanto a corto como a largo plazo, entre las cuales podemos mencionar:

1.- Actitudes violentas: Un niño bully si no recibe ayuda profesional puede tener comportamientos violentos en su adolescencia y adultez, convirtiéndolo en un ser irracional, irritable, intolerante e impulsivo.

2.- Se convierte en su propia víctima: Al estar constantemente exhibiendo su dominio ante los demás; el agresor tiene que estar constantemente humillando y golpeando para mantener su estatus dentro de su entorno.

3.- Carece de habilidades sociales: Si un niño crece utilizando el acoso como herramienta para tener poder y respeto, no conocerá otra forma de relacionarse socialmente con nadie.

4.- Pierde el control: Cuando ser agresor se vuelve parte de la personalidad, el bully pierde el control fácilmente ante cualquier situación que no pueda dominar ya que en su vida no ha aprendido otra cosa sino imponer su autoridad.

5.- Se relaciona con personas equivocadas: Por lo general el entorno de un acosador tendrá la presencia de personas negativas, irrespetuosas, groseras, descorteses y con malos hábitos.

6.- Bajo rendimiento académico: Si su comportamiento no cambia, el agresor como se cree intocable puede comenzar a no estudiar y por lo tanto su rendimiento escolar baja, ocurriendo un fracaso escolar y posibles rechazos en las escuelas.

7.- Consumo de alcohol y droga: Una de las consecuencias peligrosas que puede padecer un joven perseguidor es llegar al consumo excesivo de alcohol y drogas, lo que desencadena situaciones difíciles, enfermedades y la muerte.

8.- Baja responsabilidad: Como ha llevado una vida en donde tiene víctimas que hacen sus trabajos escolares, un agresor no puede enfrentar con responsabilidad una tarea encomendada.

9.- No tiene empatía: Al carecer de remordimientos y culpas, no tiene empatía por las demás personas, tanto en su círculo de amistad como en su aula de clase.

10.- Necesidad de sentirse diferente: Los agresores suelen establecer una reputación y una identidad exclusiva que los diferencian de quienes los rodean; procuran ser diferentes y contradicen todo aquello que no es igual o similar a la imagen que han creado de sí mismo.

Los agresores o acosadores escolares deben tener también apoyo y tratamiento antes de que se desencadenen situaciones difíciles de controlar.